Friday, May 27, 2005

...una tormenta maldita.....



…alrededor de las tres de la mañana me sobresaltó el ruido de las ramas de los árboles golpeando contra la ventana debido a la furiosa tormenta que se había desatado….Samanta nerviosa pasaba por encima mío una y otra vez provocándome gran fastidio…en un principio pensé en ir a entrar el plato con el anotador…pero yo los tenía bien asegurado en una especie de casilla con techito (como las paradas de colectivos) y realmente estaba muy cansado y quería seguir durmiendo….con mucho espfuerzo lo logré a pasar de Los ruidos……me desperté a la hora de siempre…..no se si por el despertador o por los maullidos alucinados de Sam. Estaba como loca, nunca se había puesto así por una tormenta, y ademas ahora todo era calma y quietud…Basta Sam!!!!!….me levanté pesadamente, la cama era un revoltijo y antes de ir a bañarme hice el viaje de rutina (ya sin esperanzas) hacia la ventana..oh sorpresa….no estaban ni el plato plástico ni el block con el lápiz…..preocupado abrí la ventana de golpe y asomé la mitad de mi cuerpo en busca de algún rastro en la vereda…..con dificultad (no tenía los anteojos puestos) pude ver el plato dado vuelta cerca del árbol de entrada pero no había rastros de nada mas….que raro….cierro la ventana y me decido a bañarme cuando Sam empieza de nuevo a maullar a mas no poder y de un salto empieza a raspar la ventana….allí veo algo raro…como una mancha del otro lado…no se ve muy claro (tendría que ir por mis lentes)…saco la mano y con gran esfuerzo trato de tocar la mancha…..parece….sangre?…de golpe miles de imágenes y sonidos de la noche pasan a la velocidad de la luz por mi mente….me dirijo corriendo hacia la puerta, la abro y bajo corriendo las escaleras descalzo, en pijamas y con las llaves en la mano….Samanta que me sigue me pasa en velocidad y me espera deswesperada junto a la puerta…..como un idiota sin los lentes tardo una eternidad en meter la llave y poder abrir, Sam me empuja como queriendo ayudarme sin darse cuenta que me pone mas nervioso…al fin la encajo y salimos a la vereda en un suspiro …yo empiezo a mirar hacia todas partes pero Sam se dirije como un rayo unos treinta metros hacia la mitad de cuadra y se detiene bruscamente y empieza a maullar desesperadamente, yo salgo casi volando hacia donde…esttaaa ellla….NOOOOOOOOOOOOO….con su hocico negro está apuntando hacia él,….con su cabecita destrozada….tirado cerca del cordón…..Lo tomo entre mis manos con mucho cuidado y volvemos corriendo a casa, subimos las escaleras (Sam esta vez no me pasa, me sigue a pesar de mis dificultades para subir), entramos cerrando la puerta de un portazo y vamos a la cocina. Allí lo coloco en medio de la mesa y me siento a observarlo absorto e incrédulo de lo que estaba viendo. Sam se sube y con su lengua le limpia la sangre, era como una especie de rito de purificación. Yo la miro hacer…..estuve así dos, tres, cinco horas. No fui a trabajar, no se si sonó el teléfono, no escuchaba nada, no veía nada, o sólo lo veía a él. Había llegado el momento tan temido, no podía llorar (ya no puedo llorar concientemente, sólo en sueños o dormido), sólo mirar. Me fijé en la hora, no era tan tarde, me vestí rápidamente y fui hasta la maderera más cercana, (cuando iba a mitad de cuadra vi tirado el block, lo tomé y en la primera hoja estaba escrito : LA ENCONTRE - era su letra, yo le había enseñado a escribir en imprenta mayúscula-) compre todo lo que necesitaba y más por las dudas. Convencí al fletero que me llevara todo ahora (tuve que darle una buena propina) y ya en casa dejé las cosas acomodadas en el living. Primero tenía que resolver que hacer con su cuerpito, que Sam había limpiado con devoción y respeto. Ella me dio la idea, fui en busca de la vieja cajita de música forrada en terciopelo rojo, lo acomodé allí y salimos. Fuimos caminando hasta el parque Centenario, Sam iba a mi lado sin maullar, íbamos en silencio, como en una procesión fúnebre, era un rito del dolor y del silencio, mucho dolor…..Lo enterramos al lado del museo de Ciencias Naturales, con la cajita de música, bien profundamente, y le arrojé bastante cal viva encima, antes de la tierra, para evitar que cualquier depredador de la zona intentara perturbarlo. No le puse cruz ni señal alguna, no se que religión tenía, de eso nunca hablamos. Miré por última vez el lugar, miré a Sam y nos volvimos caminado lentamente. Llegamos a casa y ahora si a terminar la tarea. Primero tapé con tablas dobles la ventana y las clavé con mas de veinte clavos, luego hice lo mismo con la puerta del lado de adentro, terminé exhausto pero con la convicción de la tarea cumplida. No tenía hambre ni ganas de bañarme, fui apagando las luces por el camino y me dirijí al dormitorio. Me recosté tranquilo, una sensación de paz comenzó a invadirme como nunca antes había sentido en los últimos años, miré a Sam que me observaba tiernamente con sus ojos verdes, me paso su áspera lengua por mi frente, sonreí, se acurrucó a mi lado y apagué la última luz…….
NOTA DE UN VECINO: Nunca más se volvió a ver ni a oír al propietario del tercero siete, lo raro es que las expensas y los impuestos son pagados puntualmente. A las reuniones de consorcio viene un tal Fernandez con un poder general deel titular (certificado ante escribano público) y nunca pone ninguna objeción a las decisiones de la administración. Cuando se le pregunta por el dueño hace un movimiento extraño con los hombros y esboza una sonrisa. Nos tomó tres reuniones darnos cuenta que el tal Fernandez era sordomudo. Algunos vecinos audaces aseguran que de noche si se apoya el oído sobre la puerta del departamento se escucha un suave y lejano maullido y un sonido extraño, que dicen parece el ruido del aleteo de un pájaro pequeño al volar.

FIN

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