Friday, December 09, 2005

Animal de teatro


Puede pasar desapercibido entre una multitud, no presenta carácterísticas que lo diferencien de los demás...pero...cuando llega el momento de la exposición...sus ojos comienzan a transformarse, adquieren un brillo especial que le agrega sentidos ocultos, su corazón comienza a palpitar con mayor intensidad, su velocidad pierde control y pasa a formar parte de la música de escena, sus manos, independientes del cuerpo se mueven al compás de las palabras, aunque a veces permanecen inmóviles como esperando el choque, su cuerpo se transforma, deja de tener dueño y adquiere múltiples formas dictadas por otro, alguien que quizás hace cientos o miles de años perdió sus dimensiones físicas para dejar la forma de sus palabras, palabras que pasan a adueñarse del espacio y llegar hasta los rincones mas ocultos del ambiente. En ese momento la persona deja de ser y comienza a vivir otra historia, pierde su identidad y pasa a formar parte de otra identidad, a veces espejo de la mente de alguien, a veces sombra de pensamientos ajenos, y otras solo un experimento de su propio vuelo. Cuando se alcanza ese momento es que comienza el viaje, la fisiología pierde su sentido y todo se transmuta en palabras, verbos, gestos y sensaciones. Allí, en ese instante, otra dimensión comienza a ser dueño de nuestras vidas, todo lo aprendido deja de tener sentido y una nueva historia comienza a ser escrita, es como parir de nuevo para volver a morir al poco tiempo. ¿Quién pude quitarnos ese placer? ¿Quién puede expoliarnos ese instante único e irrepetible aunque se vuelva a representar una y mil veces cada día? Ese es el momento de gracia esperado, el instante en que nuestras garras quiebran el aire y derraman sangre, sudor y lágrimas en todas direcciones, el animal pasa a ser dueño del espacio, y por un momento somos Él, aunque suene a hereje, nadie podrá quitárnos ese instante, aunque al final explotemos en mil pedazos y sólo queden despojos, que volverán a reunirse al otro día para explotar de nuevo...Somos el único animal que nace y muere a cada instante, y no es fácil soportar semejante carga...

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