Saturday, January 28, 2006

La casa de la puerta fucsia - Una mañana especial


Al despertar después de una noche llena de ruidos proveniente de la casa de al lado (totalmente tapiada y con una puerta color fucsia dibujada) miles de extraños pensamientos vinieron a mi mente. Lo que estaba pasando merecía una reunión urgente de la barra. Apuré el desayuno y partí en busca del resto. Al principio me trataron de loco y alguno hasta aventuró si no había empezado a fumar de esa yerba rara que vendía el negro Ortiz, y que había provocado una terrible descompostura en Fito una vez que la había probado. Luego de jurar por la vieja que no había ingerido nada extraño todos decidieron acompañarme hacia la casa e inspeccionarla detenidamete. Al principio no encontramos nada raro pero al mirar en detalle la ventana (que también habíamos pintado, pues toda casa amerita una ventana) encontramos como huellas en los vidrios ficticios, lo extraño que no parecían pintados pues intentamos borrarlo hasta con agua ras, y lo único que logramos fue borrar la pintura blanca de los supuestos vidrios, (le habíamos hecho un marco de simil piedra, bisagras de madera azules, una persiana azul cerrada y hasta le dibujamos una maceta con algunas flores amarillas) pero debajo del supuesto vidrio quedaba ahora mas nítido la marca de una mano. Nos miramos entre todos y como una sensación de electricidad recorrió todo nuestro cuerpo, y fue mayor el estupor cuando de golpe desapareció la huella de la mano. Fito dijo: debió haber sido el efecto retardado del aguarras. Si, seguro, dijimos todos (pero nadie creyó lo que decía). Para descomprimir la situaciòn decidimos ir a tomar un helado a lo del tano mientras recorrimos las dos cuadras en completo silencio.
Solo Fito tiró al pasar: ¡ Qué grande el tano Roma al atajarle el penal a Delem!. Frase que en otro momento hubiera ocasionado una respuesta apasionada de mi parte (todos vimos que se adelantó para atajarlo), quedó flotando en el silencio.
Al llegar a la heladería saludamos a los padres del tano, yo me pedí mi clásico de crema rusa y limón (eso lo heredé de mi tío Mario) y me tomé el helado en silencio.

1 comment:

Anonymous said...

Intrigante