Caminante no hay camino,
no hay sendero en la peor de las noches
que te lleve al centro de la jaula.
Pero llegaste solo,
sin ayuda,
sin linterna ni bengala.
Te balanceas sobre el columpio
por encima de las fauces de los cocodrilos.
No mires hacia abajo por favor,
cierra tus ojos y contiene la respiraciĂłn.
¿QuĂ© se siente ser carnada por propia elecciĂłn?
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