Camino serpenteando por las calles azules del oscuro paredón trapiche. La góndola golpea contra las paredes de tiza mientras el último gorrión escupe naranjada sin gas sobre el vestido turquesa de la pobre luciérnaga.
El Sol, convertido en Luna por decreto, revolotea en el cielo verde esperando caer de un momento a otro.
Soy nadie circulando a mas de cien, curva tras curva, esquivando reses multicolores que babean las últimas horas del cementerio.
Escribo sobre médanos calientes con los restos de mi piel ardiente, mientras un ladino y perverso gliptodonte corcovea sobre la nueve de julio.
Maldigo al obelisco rosa que huye sin sentido y sin distancia de los míseros proyectiles de maíz..
Es qué nadie puede comprender ya nada?
Vuelco una y otra vez, me revuelco.
Miro hacia ambos lados con mis ojos puestos en la mesita de luz, percibo olores que antes no percibía, coliflor mezclado con jazmines en salmuera y una pizca de pimentón dulce.
Malditas alcaparras!!!!Nunca están cuando se las necesita....
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