Pasaje Peluffo,
Del otro lado de Rivadavia escucho la pregunta,
Dudo,
Se que lo conozco,
Estoy en Quintino y Rivadavia,
Lo huelo,
El padre con su pequeño me mira con lástima,
Pobre anciano pensará,
Quizás ni siquiera sabe donde está parado...
Mi mente se enfurece,
Trastabilla,
Se que es del otro lado,
Pero perdone,
El alemán me está atormentando...
Con pena me agradeció,
Pero creyendo quizás en algo de mi desesperación
Abandonó Quintino y se internó por gascón en la dirección correcta.
En el momento que se libera el semáforo lo recuerdo,
Es la otra esquina,
Donde Lezica se divide, se desgarra en Peluffo y sigue mutilada hasta Medrano,
Pero ya cruzaron, no me escuchan,
Les grito, es ahí nomás a cien pasos,
Quiero correrlos pero los autos se me interponen.
Veo que preguntan a otras personas y siguen en la dirección correcta,
Trato de tranquilizarme,
Entro del chino preocupado a comprar....
A comprar....
Salgo lentamente después de dar una infructuosa vuelta,
La china me mira,
No se si es lástima o preocupación,
Vuelvo a casa,
Con las manos vacías y el alma en pena.
Mi cabeza...bien gracias...pero con el gps ya casi sin batería.
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