..desde hace más de diez años me ha asaltado la terrible certeza de saber que he de morir en junio, por eso cada año atravesar el mes indenme se ha vuelto para mi una prueba de vida. En este mes suelo tener días donde deambulo erráticamente por la calle, me llevo todo y todos por delante y levantarme por las mañanas es mas difícil que arrastrar ciento treinta kilos de acero un kilómetro sobre hielo y en ojotas. Para poder abrir los ojos por la mañana no tengo que haberlos cerrado por la noche y para mantenerlos abiertos durante el día necesito clavarme los párpados a la frente. En junio mi promedio de caídas espontáneas es de alrededor de cincuenta diarias, todas fortuitas e inesperadas, pero sangrantes y dolorosas. Acostumbro a tener tres a cuatro bolsas de sangre en mi heladera de las cuales siempre uso al menos dos y hago desaparecer ese mes todo elemento cortante o filoso de mi casa. No me afeito bajo ningún concepto (he llegado a sangrar tres días seguidos hace cinco años cuando me resbaló la maquinita de afeitar y perforé mi yugular y un año casi quedo pegado cuando al querer utilizar una afeitadora eléctrica se abrió sorpresivamente la ducha empapando el enchufe de la máquina, provocándome tal choque eléctrico que del impulso quedé colgado de la araña del comedor que por suerte no tenía corriente porque había saltado la llave térmica). Mi corazón habitualmente acelerado, ese mes adquiere una velocidad indescriptible que hace imposible contar mis pulsaciones, pues al llegar a cuatrocientos ochenta los médicos abandonan el intento. Un año pensando que la mejor forma de pasarla sería durmiendo me interné en un servicio de cuidados intensivos con el pedido de que me mantuvieran dormido los treinta días, la pasé relativamente bien, porque no guardo en mi memoria nada de lo que me pasó, aunque llevo como recuerdo marcas imborrables en mi pecho de las cinco veces que truvieron que revivirme por sucesivos paros cardíacos, y en mis brazos guardo las cicatrices de las numerosas canalizaciones. En mi casa ese mes no existe en ningún calendario y hasta un año me hice imprimir un calendario especial sin el mes fatídico y en su lugar le puse el mes prejulio. Fué en vano, creo que ese año estuve más cerca que nunca de abandonar este maravilloso mundo. Por suerte no tengo que ir a trabajar, porque contagio en mi maldición a la empresa, y después de haber pasado cuatro años seguidos al borde de la quiebra en ese mes fatal, decidieron pagarme sueldo doble todos los años para que no concurra, y mis compañeros de trabajo todos los años donan su medio aguinaldo con tal de no verme. No crean que esto me hace gracia, pero al menos puedo solventar mis gastos médicos ya que ninguna prepaga me cubre ese mes. En todas cuando me ven ponen una cláusula especial en letras bien grandes que dice: "NO VALIDO PARA EL MES DE JUNIO". Un año me llegué a encerrar con las provisiones de comida y oxígeno necesario en una bóveda de un banco internacional de primer nivel, se derrumbó el edificio!!!!!!!, y quedé bajo quince toneladas de escombros prisionero, eso sí, tenía todas las comodidades.......Bue, no sigo con mis desventuras, por las dudas después de leer el mail, reseteen la computadora, no vaya a ser que les pase mi maldición, eso si, si algún día de este mes en curso (que no quiero volver a nombrar) no aparezco en el foro, AVISEN POR FAVOR URGENTE AL 911, que manden un servicio de emergencia a Medrano 923, 3 , 7 de esta Capital y por las dudas también al cuartel de bomberos.
1 comment:
Ya pasaron varios junios...
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