Giros frenéticos,
Ocultos en velocidad,
Como negras bandas profanando templos,
Escapando furtivamente de las casas,
Aporreándose el vientre con sus patas de palo,
Cual máscaras en frenético baile,
Con tiernos peligros acechando al cielo.
No se sabía ni de dónde venían ni hacia donde iban,
Sus bocas rojas riendo incansablemente,
Escupían el sagrado fuego del infierno,
Derritiendo el miedo e incendiando el tiempo.
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