Desde chico me produjo mucho desagrado esa campanita ridícula que nos va anunciando. Es más, me ha creado grandes dolores de cabeza por los sobresaltos sufridos a lo largo de mi historia, por su culpa, he estado en varias oportunidades a punto de perder la vida y en otras me he pasado días sin comer a causa de ella. Otra cosa que me ha generado siempre gran fastidio es esa pérdida de piel que arruina mi estética, lo cual, debido a mi natural coquetería me pone de muy mal humor. La campanita he llegado a controlarla con los años, pero este asunto de la piel es un embrollo. Reconozco que después me queda mas suave y delicada, pero en el medio de la descamación soy literalmente un asco. Ahora estoy en uno de esos períodos y hasta tengo lástima de mi mismo...Ah!, que mañana fresca, aunque un poco húmedo el pasto, vamos a ver que me depara el día, hace rato que no engullo algo, espero tener mas suerte hoy, ...epa!...allí veo un delicioso ratoncito dormido, voy a callar mi campana, ...
me acercaré sigilosamente, shhh....hum, ya estoy a tiro, que no se despierte por favor...allí voy!!
Glup..grunch...ahgg..(no me gusta hablar con la boca llena y menos cuando estoy deglutiendo un jugoso y tierno bocado, esto de no tener dientes y estar obligado a tragarlo entero!) ...Grrp...glog...ah!...ya está, no soy angurriento, con esto ya estoy satisfecho por unos días, bueno, ahora me vuelvo tranquilo a casa, ya no me importa que me escuchen por la campanita (cascabel le dicen otros, pero a mi de chico me decían campanita y me quedó así), lo único que me fastidia después de una buena comilona, es volver arrastrándome con el estómago pesado y sin hacer la digestión, por qué no tendremos patas como todos!!!
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