Cuando la naturaleza se cobre mis deudas,
voy a probar otra cosa.
¿Ahora? ¿Cuándo?
Cuando los sonidos que aún no reconozco,
sean la rutina de mis días de mortaja.
Por ahora sólo estoy mudo,
¿Y si mi callara?
Creo saber qué es.
Pero guardo enormes esperanzas de que no.
Tendré que analizarme mas en detalle.
Quizás mañana.
Hoy parezco muy infeliz, en apariencia.
Aunque el riesgo sea mínimamente infinito,
como para impactarse al verme,
mis ojos de barro no me atribuyen ningún favoritismo.
Mi aptitud para la felicidad no es lo suficiente para tanta debacle.
Sin sustantivos, no hay salvación posible,
en fin, tenerlo todo no es para uno.
Guardemos silencio, entonces.
No comments:
Post a Comment