BANCONEANDO

Ese árbol, sí, ese, me está mirando,
No se si es de hoy o de hace tiempo,
Pero me siento hojeado cada vez que asomo a mi balcón.
Hoy me puse a banconear tranquilo,
Sentado en mi preferido,
Aquél que me sigue desde mi infancia,
Rústico, de madera acerada, sin relieve.
Quién no tiene uno que sobrevive a todas las mudanzas y los amores?
Me gusta, me siento cómodo, y me paro mas cómodo.
Si fuera por mi lo llevaría al trabajo,
Pero él no quiere,
En casa respira libertad, mas cuando cuando lo saco al fresco.
A veces pienso que es humano, bueno casi,
Porque no odia, no maldice,
Su única corrupción son unos surcos que le dejó Prometeo de pequeño,
Pero ya no lo utiliza de sparring para desgastar sus uñas.
Cuando me vaya, quisiera que lo coloquen entre mis brazos
Y que ardamos juntos,
Que nuestras cenizas se mezclen para compartir la eternidad.
Ese arbol me sigue mirando,
Me enerva, me está poniendo inquieto,
No soporto su mirada,
Por hoy es demasiado, mejor entramos.

ALVARIKOKE

Busco pintas escarlatas sobre nueces partidas,
Escogidas al azar por milondras esculpidas en nieve,
Embebidas en crocantes aguas efervescentemente discretas,
Trasnochadas en descorches umbiduales,
Perdidas por oscuros senderos fluminosos,
Buscando siempre el mas buscado de todos los sonidos,
Aquél no estrifulado ni por un vento en do menor,
Para caer estrepitosamente sin rolido
Por pendientes sin final y sin principio.

BASTA DE SOMBRAS

Hoy no me alcanzarán las sombras,
No las dejaré,
Abriré las ventanas al viento peruano,
Y me lanzaré sobre las ramas crujientes del arbol mas cercano.

Hoy no me alcanzarán las sombras,
Las borraré con vino y jenjibre,
Las machacaré con polvo de estrellas,
Para finalmente quitarles el suelo y dejarlas en vuelo.

Quizás, si me dan tiempo,
Las correré hasta la próxima esquina,
Para que al doblar se pierdan en el tiempo,
Mientras mi rostro cansino, plateado,
Dibuja el camino por donde se irán yendo.

Hoy no me alcanzarán las sombras,
No las dejaré...

INTRUSOS

Otra vez,
Como desde hace cuatro noches,
Se apoderan de mi cuerpo,
Interrumpen mis sueños,
Me recorren,
Me navegan hasta llegar a puerto,
Mi cabeza,
Allí se menean al compás de los tambores,
Para un lado y para el otro,
Dan vueltas sin cesar hasta llevarme al borde del estallido,
Pero no estallo,
No reviento en mil pedazos como quisieran,
Sólo consiguen levantarme y llevarme balanceándome tristemente
Al lugar de las pastillas.
Con sigilo,
Tratando de no despertar a nadie,
Elijo la mágica,
Y con un violento sorbo la obligo a pasar por mi garganta.
Ahora, solo resta esperar.
Siempre funcionó,
Vuelvo a la cama despacio,
Tambaleando como después de una borrachera que nunca existió,
Apoyo mi cuerpo en la cama gastada,
Donde aún queda marcada y caliente mi silueta,
Dejo caer mi atormentada cabeza sobre la implacable almohada,
Y espero que la mágica gragea desaloje los intrusos,
Aquellos que últimamente me visitan en medio de mis historias nocturnas.
Hasta ahora funcionó,
Esperemos que hoy no me falle.

CAMDALA

Deambulé sin respirar por mil calles conocidas,
Sin historia, sin familia, sin sentido,
No sabré jamás si he llegado o he partido,
Sólo tendré sospechas sobre lo que he perdido,
Quizás, solo quizás, tal vez nunca.
Cuando tenga la suma de lo vivido,
Tal vez me encuentre con que no he nacido.
Ya no tengo lugar donde afincar mi peso,
Será por eso que no detengo mi andar,
Que no suspiro,
Para qué? Por quién? Por cuánto?
Muchas preguntas para un espíritu sin respuestas,
Seguir es mi destino,
Todavía tengo esquinas que no me han partido.

EL FARAON EN SU VENENO

Se agitan las banderas de la angustia,
Por la falta de sentido en los de arriba,
Se perforan los ombligos adentrados,
En estómagos vacíos y crujientes,
Muere el hambre en los niños,
Con los niños complacientes compañeros,
Hambre-niño, niño-hambre,
Inseparables, ineludibles.
No se puede comer de las banderas y los trapos,
No se pueden alimentar con tizas de cal y arena,
Sólo pueden esperar que la miseria,
Los envuelva diariamente con su aliento.
Mientras, el faraón y sus cortesanos,
con indiferencia asesina,
Asesinan esperanzas y necesarios anhelos,
Viven otro mundo, otro sueño,
Donde solo tienen cabida sus miserables cortesanos,
Y sus compañeros del maldito juego.

MISERABLEMENTE AUSENTE

Me insulta tu silencio ante la ausencia,
Forzada por miserias asesinas,
Me insulta tu ignorancia prepotente,
Por tu falta de respeto irreverente.
Fuiste socio, sucio y malviviente,
En las noches mas oscuras de la historia,
Fuiste sordo, ciego, mudo, bien conciente,
De la sangre que chorreaba en las paredes.
Piloteabas esos viajes de la muerte,
Negociabas los productos de los vientres,
Enterrabas esos cuerpos torturados hasta siempre,
Y ahora cual ignorante adolescente,
Pretendes esconderte en la corona,
Y en el medio de una corte maloliente.
No hay perdón ni aquí ni enfrente,
No hay verdad que no pueda someterte,
Y si la justicia no puede sorprenderte,
Será la memoria y será tu muerte,
La que muestre tu basura y tu miseria pestilente.

MEMORIAS VACIAS

Revuelvo el tiempo acumulado,
En busca de los minutos perdidos en la nada,
Encuentro algunos,
Ansío otros,
Pero la verdad insolente
Me devuelve intacto a la frustración de este presente.
No puede ser tan doloroso,
No puede ser tan imprudente,
Es que acaso ya no se respeta la historia en fuente?
Pues entonces que sea a mano y sin cubiertos,
En dedales de edades sin respiro,
Mientras canta la trompeta que es derrota.
Por tanto Amor despreciable,
Tanto trabajo a puro aliento,
Es una recompensa miserable,
Por perder de vista sus cabellos.

EL DESPERTAR DE LOS DRAGONES

Despertaron mis dragones escondidos,
Ante el furor de las venas inflamadas,
A pulsar otro instante evanescente. 
Exploraron con su aliento radiactivo,
Mi mente oscura ahora iluminada.
Mis neuronas, insolentes pasajeras,
De momentos inmolados por la espera,
Escupieron el hechizo incandescente,
Despidiendo mil ideas remanentes.
De esta forma inmaculada y persistente,
Destruyeron mi pasado y mi presente,
Acabando en este cuerpo omnisciente,
Otra historia sin principio...,
Otro final intrascendente.

TIERRA ULTRAJADA

Como una vieja pesadilla,
Milenaria tormenta de oprobio,
Rencor y odio,
La explotación del explotado
Por el usurpador de siempre
Se presenta nuevamente
Como una calesita de terror y muerte.
El hambre mata,
De hambre mueren,
Mientras,
Una y otra vez
La historia sin fin
Repite su macabra ley del poderoso,
Del que todo lo tiene,
Del que todo lo puede,
Del que mancha con su sola presencia,
Mil seiscientos años de indecencia ardiente,
Quemando cuerpos nobles
Y abonando sus tierras ultrajadas con sus cenizas inocentes.
La Madre tierra sangra por sus hijos perdidos
Que vuelven a ella como ella nunca hubiera querido.

MINOTAURO

Deambula con sigilio y su pesadez a cuestas. Parece mentira que semejante cuerpo se pueda desplazar con el silencio de un ángel.

Menea su enorme cabeza en busca de preguntas sin respuestas.

El hambre, fiel compañero acusa en su estómago miles de penurias, cientos de cuerpos demolidos.

Es la fecha que se repite año tras año, o será mas el tiempo transcurrido desde la última vez?

En el castillo sin puertas ni ventanas no hay relojes ni marcadores de tiempos pasados en ausencia.

El ruido que producen la docena de pasos culposos no tiene compás ni armonía.

Son pasos que marchan al olvido, a la muerte dispuesta por la sociedad esclava y obediente.

Se sacrifican por ELLA que los manda a la muerte y al olvido.

LUCIA

La noche estaba en pañales. El lugar explotaba de gente, no había un centímtro libre para desplazarse. A pesar de eso todos se movían al frenético rimo de la música, en sus lugares, con movimientos espasmódicos queriendo seguir el ritmo que atronaba de todos los costados. El DJ estaba en pleno apogeo y con sus luces encendidas.

Lucía tenía sed, mucha, pero con sólo pensar que iba a tener que abrirse paso a los empellones para llegar a la barra se aguantaba.

La música iba in crescendo, ahora estaban pasando su canción favorita lo que la motivaba para aumentar sus movimientos, casi con furia y con una violencia inusitada, quizas por la sed que la agobiaba, quizás por los recuerdo de esa mañana terrible que había que tenido o sólo impulsada por las notas que penetraban por sus oídos y le nublaban el cerebro y retumbaban como martillos en la pared.

El calor sofocante y pegajoso había superado la capacidad de los aires encendidos a full.

De golpe todos empezaron a desplezarse al unísono, como en una coreografía ensayada, pero desprolijamente. Las casi cuatrocientas personas presentes, frenéticas y en el máximo de paroxismo musical se empujaban y saltaban como en un pogo gigante.

A Lucía empezó a disgustarle eso. Ella era prolija en sus movimientos, no le gustaba la anarquía, amaba el descontrol, pero el descontrol con ritmo, con orden, y menos le gustaba que la empujaran como ueriendo forzarla a ir hacia determinado lado, en un sentido que no era el que ella quería.

Así no, además empezo a sentir que la estaban tocando en lugares a los cuales muy pocos tenían acceso y permiso. Eso la sacó de sí, sintió una mano atrevida que se metió velozmente entre sus cachetes y se dió vuelta con violencia para responder a la agresión pero no pudo identificar el agresor.

En ese instante sintió el puntazo, primero uno, después el otro, el tercero ya no llegó a sentirlo. Su cuerpo se desplomó cómo un edificio al ser demolido.

Los que estaban al lado se abrieron inmediatamente, otra chetita que se había pasado de rosca pensaron enseguida, esas pendejas que se toman todo y después no aguantan el frenetismo del movimiento. Les falta noche y estómago, eran común los desmayos cuando la fiesta entraba entraba en el pico de locura. Pero había algo raro. Los mas cercanos abrieron un pequeño círculo alrededor de Lucía mientras el resto seguía saltando y moviéndose al compaz de la música.

El DJ al toque notó algo raro y primero hizo un cambio brusco en el ritmo que desorientó a la mayoría que seguían moviéndose espasmódicamente cuando la música había bajado las revoluciones.

El círculo se fué agrandando y empezó a expandirse como una ola circular y empezó a llamar la atención de los demás.

Un grito desgarrador actuó como freno paralizante, el DJ no lo escuchó desde su cabina pero vió que algo había pasado. Sus muchos años en esto le indicaron que debía parar.

Todos se sorprendieron por la interrupción, alli notaron que una ola circular se había formado y se expandía haciendo que todos volvieran sus cuerpos y miradas en dirección del centro. Aunque no vieran nada mas que cabezas dirijidas hacia un solo lugar.

En el centro, el cuerpo de Lucía yacía grotescamente tirado en el piso y por debajo de él empezaba a asomar un líquido rojo que no dejaba ninguna duda sobre lo que era.

Al grito original se sumaron varios ahora, como un chillido desgarrador propio de una película de terror.

El cuerpo sin vida de Lucía era el único que no se movía, no emitía sonido, ya no había música que lo estimulara.

17 DE ENERO DEL 2015

17 de enero 2015

Una llamada en la madrugada

Hola Mauricio? Disculpá que te hinche de nuevo, si, ya se que son las tres de la mañana, pero es importante, el tipo reculó, se dio cuenta que todo es falso y no quiere presentarlo.

Si, Laurita y Patricia lo volvieron a llamar y le ratificaron todo, que no se preocupe que no lo vamos a hacer en audiencia pública y que no va a quedar mal parado aún cuando salte la verdad.

A los iraníes no los quiere nadie y a la yegua ya nadie le cree, que NO VA A PASAR NADA.

Lo que ocurre es que se enteró que los yanquis van a negociar y no quiere quedar como un pelotudo, dice que ya pasó el momento, que para qué lo hicimos volver, tiene un quilombo en su vida entre sus gatos, y la loca de su ex que no puede mas.

Encima estaba festejando con su hija los quince y la tuvo que dejar sola en el aeropuerto hasta que llegue la jueza como seis horas.

Le dije que era por la Patria y me dijo que me meta la Patria en el orto, que para él la Patria son los quince palos verdes que hay que depositarle en JPMorgan el lunes después de la presentación.

Qué querés viejo, no puede olvidar el ruso que tiene adentro, si ya se que todos haríamos lo mismo pero el Coronel nunca hubiera pedido guita.

Bueno vamos al grano qué hacemos?

¿Cómo?!!! vos estás loco?, perdón estás seguro lo que decís?

Si, obvio que le van a hechar la culpa a la yegua, pero esta guacha siempre safa.

No se, no estoy de acuerdo, pero yo cumplo órdenes y haré lo que digas.

Hablo con Diego, veré que se nos ocurre...ah bueno si ya tienen todo planeado no se ni para qué me preocupo...

Si, ahora lo llamo, no te preocupes esta vez va a salir bien la zona es “friendly”.

Abrazo, y andá probándote la banda, ja, ja, quién se va a imaginar que en menos de un año vas a tener una banda puesta, bueno por lo menos no será roja.

Chau, ya lo llamo a Diego.

Aclaración: Este relato no guarda ninguna relación con la realidad, es ficción, cualquier intento de identificar con personas reales es pura coincidencia.