Deambula con sigilio
y su pesadez a cuestas. Parece mentira que semejante cuerpo se pueda
desplazar con el silencio de un ángel.
Menea su enorme
cabeza en busca de preguntas sin respuestas.
El hambre, fiel
compañero acusa en su estómago miles de penurias, cientos de
cuerpos demolidos.
Es la fecha que se
repite año tras año, o será mas el tiempo transcurrido desde la
última vez?
En el castillo sin
puertas ni ventanas no hay relojes ni marcadores de tiempos pasados
en ausencia.
El ruido que
producen la docena de pasos culposos no tiene compás ni armonía.
Son pasos que
marchan al olvido, a la muerte dispuesta por la sociedad esclava y
obediente.
Se sacrifican por
ELLA que los manda a la muerte y al olvido.
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