Llévame a la luna

Llévame a la luna, yo se que puedes,
dormido espero que me busques, y a través de tu magia me arrastres por los cielos,
no me toques, no lo necesitas, tan sólo extiende tu mano hasta rozar my aura,
y con tu energía de viajera de los tiempos, arrastrarme,
ser mi guía, mi compañera de viajes imposibles,
donde todo es factible,
en mis sueños y en tu fuerza formidable de inmortal hechiZera.
Yo te sigo, no necesito conocerte, porque te celebro,
Te huelo, te percibo en la espesura de una nube,
Esa, sí, esa misma, que me envuelve con tu bruma,
y me lleva levitando entre lágrimas del cielo, hasta alcanzar la Luna,
y tras de ella, escudriñar toda la galaxia.
No tan rápido, soy nuevo e inexperto en todo esto.
Se mi guía, no mi tormento,
mi corazón ya es un solo latido, mis pulmones no respiran,
permanece quieto, solemne, asombrado por tu juego y tu cristalina figura.
Te adelantas, me rodeas, te divierte mi inocencia,
Y al mostrar tu fantasía, me vuelves lentamente a mi agonía,
hasta hacer de mi cama una herejía,
Incendiar de rubor esta historia,
y poner coto a esta letanía.
Gracias, por hacerme morir tu alegoría y sentir,
Que en fondo de mi alma, tu extravío me ilumina,
Tu sabiduría? Eso es mucho para mi extenuada vida, quizás para mañana,
En otra fantasía, por qué no hacia el Sol, para derretir mis versos,
Por qué no en Marte, para ocultar mis sueños,
¿Por qué en otro mundo?
Porque en éste me invade la agonía.
¡Ah!, me olvidaba,
Gracias por el viaje, hechizera de mis deseos y mis fantasías.
Quizás mañana, u otro día,
O nunca más, si solo fue una historia,
Ni sagrada ni ritual,
inolvidable, pero tristemente mortal.